Como hemos visto anteriormente, durante este período de crisis, estamos invitados a desarrollar y potenciar diferentes habilidades socioemocionales. Una de ellas es la resiliencia, la cual es definida, como la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas, como por ejemplo, la muerte de un ser querido, un accidente, etc… y en este caso, una pandemia. Hay que tener claro, que ser resiliente no significa que la persona no experimente dificultades o estrés psicológico.
Para desarrollar esta habilidad, debemos partir por tomar la decisión, de qué forma vamos a significar esta experiencia y qué postura adoptaremos frente a ella; víctima, derrotado, paralizado, enojado o resiliente. Luego debemos incluir una serie de comportamientos, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidos y progresivamente desarrollados por quien se lo proponga. Esta capacidad está en todas las personas, sólo es cosa de actitud y firmeza.
*A continuación se entregarán algunas estrategias para desarrollar la resiliencia:
- Visualice las crisis como obstáculos superables y con fecha de caducidad: intente mirar el futuro con una visión más positiva, busque alguna forma de sentirse mejor mientras enfrenta la situación difícil.
- Recuerde sus metas: haga planes realistas, reflexione sobre las cosas que hoy puede mejorar y que lo van a ayudar a encaminarse hacia sus metas.
- Mantenga redes de apoyo dentro y fuera de la familia: acepte ayudas y apoyos y usted también haga lo mismo, apoye a quien lo necesite.
- Busque descubrirse a sí mismo: luego de una crisis, intente resignificar la experiencia, observe que aprendió, cómo creció espiritualmente y qué fortalezas adquirió luego de esta dificultad en su vida.
- Acepte que los cambios son necesarios e inherentes a la vida: acepte las circunstancias y observe lo que sí puede cambiar.
- No pierda la esperanza: sea optimista, de esta forma esperaremos que ocurran cosas positivas en la vida. Concéntrese en sus deseos y piense que lo conseguirá a pesar de las dificultades.
- Piense en usted: observe sus necesidades y deseos, haga cosas que disfrute, practique ejercicios, tiene beneficios físicos y psicológicos.
- Tome decisiones: a pesar de estar en una situación difícil, no ignore o niegue los problemas.
- Intente comunicarse y tenga una actitud de no preocuparse de los problemas, sino de “ocuparse” de ellos: intente buscar soluciones a sus problemas, esto ayuda a disminuir el estrés, pida ayuda si no puede solo/a.
- Visualícese positivamente: vea sus fortalezas y debilidades, trate de trabajar y superar éstas últimas, pero no las niegue; todos los seres humanos tenemos aspectos positivos y negativos.
*Algunos ejemplos de conductas resilientes, de acuerdo al contexto actual:
-La persona es despedida de su trabajo y busca un nuevo empleo o empieza a leer libros de repostería, para luego comenzar a hacer dulces, para vender, lo que le permite empezar a generar sus propios recursos.
-La muerte de un familiar por covid, la familia hace un esfuerzo por seguir con sus vidas a pesar de la pérdida de un ser querido.
-El/la niño/a que ve a sus padres muy estresados, busca y lee sobre técnicas de relajación, se las muestra y enseña a sus padres y cuando se sienten muy agobiados, las practican juntos.
Para finalizar, quiero decir que la resiliencia, no es algo con lo que la persona nazca o no; todos podemos desarrollarla y nuestro deber como adultos, es enseñar a los niños y niñas a hacerlo, recordemos que ser resiliente es tener la capacidad de adaptarse y reinventarse y que mejor que los niños y niñas observen con el ejemplo, que su familia puede desarrollar esa habilidad en los momentos de crisis.
…¿Ustedes como familia, de qué forma están cultivando la resiliencia?
Isabel Hadad R.
Psicóloga
Escuela San José
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